Konsac Group opina: preparémonos para un futuro laboral diferente
La llamada generación Z, la primera del siglo XXI, que hoy ocupa aulas de escuelas y universidades, será la que definirá en un futuro nada lejano el perfil de profesionales y managers de las nuevas organizaciones. Si a las características de esta generación le sumamos la evolución tecnológica imparable, la globalización, y los cambios sociales y culturales, podemos fácilmente observar en el horizonte grandes cambios en lo que se refiere al mundo laboral. Todo apunta, según los diferentes estudios que se están publicando y a las valoraciones de expertos en recursos humanos, a que nos estamos acercando cada vez más a un paradigma laboral que en poco se parecerá al que se ha vivido en las últimas décadas.
Sabemos que muchas de las ocupaciones que existen actualmente quedarán extinguidas con el paso de los años y con la progresiva irrupción de las nuevas tecnologías. Por otro lado, se requerirán talentos que generen conocimientos científicos, tecnológicos y que lideren en las organizaciones el I+D+i, todo ello base del desarrollo económico de un país.
La realidad laboral de los futuros profesionales y de las empresas se basará en una nueva manera de entender el trabajo, de hecho, cada vez más profesionales ya van adaptándose a esta realidad, bien por necesidad o por elección personal. La tecnología ya nos permite la descentralización de muchos trabajos, y las comunidades de aprendizaje colaborativo van proliferando. Lo que realmente importará será el valor que seamos capaces de aportar a una empresa. Ello va unido al trabajo por proyectos, al intraemprendimiento y a la subcontratación de funciones. En definitiva, una realidad más próxima a la que viven los freelance que a la de los que tienen contratos laborales indefinidos. Se buscará más el talento y no tanto el cubrir puestos de trabajo.
En el “Informe Adecco sobre el futuro del trabajo en España” se dice que “Diferentes exigencias conllevarán también diferentes criterios de selección a la hora de escoger a una persona u otra. Así, serán más relevantes criterios como las habilidades personales (92,5%), el fit cultural (87,5%) y las actitudes (82,5%). Seguirán otras como las habilidades técnicas (60,4%) y las actividades extracurriculares y de voluntariado (60%)”. Y añade: “Serán los perfiles cualificados ligados a la tecnología y al ámbito digital, los perfiles vinculados al trato con personas y los especializados en marketing y ventas los que más relevancia alcanzarán en 5-10 años”.
Pero, ¿qué demandarán los profesionales, o más bien, qué exigirán los profesionales del futuro a las empresas? Buscarán empresas que les puedan ofrecer oportunidades de aprendizaje y de auto-realización, que valoren su talento y sus iniciativas, y sepan recompensarlas, que fomenten la cultura de la confianza y el buen clima laboral, y que incluyan entre sus prioridades la flexibilidad en la organización del trabajo. Las nuevas generaciones antepondrán su satisfacción personal y buscarán el equilibro entre su dedicación a la profesión, al ocio y al crecimiento personal. Dejarán por detrás la seguridad laboral, y con ello, la dedicación en exclusiva a una sola empresa. No priorizarán tanto los ingresos monetarios a ultranza, sino más bien lograr un impacto personal con su trabajo. Ello conllevará un choque cultural con empleadores, así que todo parece indicar que sólo aquellas empresas que se muestren más atractivas en facilitar el equilibrio entre lo personal y lo profesional conseguirán retener los mejores talentos.
En contrapartida a sus grandes dotes para manejarse en los entornos digitales, y según apunta Randstad, los futuros profesionales de la Generación Z tendrán que emplearse a fondo en lo que se refiere a las relaciones interpersonales y a la comunicación: “La generación Z está marcada por las comunicaciones rápidas, los mensajes cortos y la preponderancia de los iconos y símbolos sobre los textos. Además, en muchos casos, la rapidez se prioriza sobre la calidad de los mensajes, que se consumen igual de rápido que se crean. La comunicación debe ser rápida, en cambio difícilmente puede ser precisa y tener profundidad”.
Cambios profundos se esperan que obligarán a las diferentes generaciones, a empleadores y empleados, a adaptarse y a convivir en el día a día, buscando que la colaboración sea enriquecedora y pueda redundar en beneficio de la sociedad.