Konsac Group Opina: Balance 2015
El largo periodo de crisis que se inició en el año 2009, y que empezó a ofrecer sus primero signos de mejoría a finales del 2014, conllevó para las empresas de nuestro sector (Headhunting y Consultoría en desarrollo) un fuerte descenso de negocio que, en menor y mayor medida, ha afectado a todas las empresas del sector.
El crecimiento de nuestros negocios se construye apoyado en cuatro pilares fundamentales, sin los cuales la actividad se reduce:
- Crecimiento económico
- Entorno estable
- Renovación de estructuras
- Transformación de culturas empresariales
Los tres primeros tuvieron un impacto directo en las actividades de contratación de directivos y profesionales, ya que la ausencia de nuevos proyectos y la caída de muchos de los existentes, produjo un claro descenso del número de misiones encomendadas a las empresas de nuestro sector.
Además, la movilidad de los profesionales se redujo, ya que en tiempos de incertidumbre mucha gente optaba por “no hacer mudanza”. Ha resultado complicado convencer a profesionales bien asentados en sus organizaciones de la oportunidad que podía suponer un nuevo proyecto profesional y la resistencia al cambio (siempre muy humana) se acrecentaba con la inseguridad del mercado. ¿Qué pasa si esto no sale bien? Ha sido una pregunta frecuente en las entrevistas con candidatos.
Y en lo que hace referencia a la renovación de las estructuras, durante este largo periodo las empresas, en líneas generales, han practicado políticas de adelgazamiento que han culminado con la salida de buenos profesionales al mercado porque las organizaciones en las que trabajaban habían decidido “bajar de talla”.
Incluso los cambios que provenían del impulso de cambios culturales, sin dejar de tener presencia, han estado enfocados mucho más a la restricción que al crecimiento por lo que las empresas y organizaciones han dejado de invertir en el desarrollo de sus equipos y han buscado más la reducción de sus plantillas.
A finales del 2014 la tendencia empezó a cambiar (crecimos un 1,5%) y, en el 2015, la tendencia de crecimiento se ha confirmado (por encima del 3%) y con ella la recuperación de la actividad en nuestro sector.
El año 2015 que acabamos de cerrar, ha ofrecido luces y sombras y, aunque abre perspectivas positivas para nuestro sector en este 2016, también plantea una serie de enigmas que pueden incidir en la actividad empresarial y, por ende, en la nuestra.
Entre las luces, la evidente mejora económica del país a la que hacíamos antes referencia y que se ha situado en porcentajes más allá de los que preveían los más optimistas. Esas tasas de crecimiento han empujado a uno de los elementos que generan riqueza: el empleo, y con él la creación de nuevos puestos de trabajo (es cierto que con bastante precariedad) que han incidido en el incremento del consumo y también del ahorro.
La incremental componente exportadora de las empresa españolas y el avance que estas han hecho en temas de innovación y en desarrollo de nuevos productos y servicios son también aspectos que ayudan a confiar en el crecimiento del país y de sus empresas. Una de las pruebas a esta situación es el descenso de titulados españoles que han necesitado salir a buscar sus primeras oportunidades en otros países. Según datos oficiales, hemos pasado de “perder” 5.500 titulados superiores a “perder” alrededor de 3.000 en 2015 y, seguramente, estas cifras irán decreciendo en los próximos años si se confirman los buenos datos.
También se ha incrementado la inversión extrajera no especulativa en España que es la que crea verdaderamente riqueza. Los mercados internacionales vuelven a confiar en nuestro país a pesar de las grandes cuestiones que tenemos pendientes de resolver y que son las que ofrecen sombras a las luces hasta aquí comentadas.
Y ¿cuáles son estas sombras? Por una parte, hay una clara necesidad de replantearse la estructura constitucional de nuestro país. Las viejas ideas ya no tienen cabida en un mundo diferente y los cambios generacionales obligan a cambiar aspectos de nuestra constitución no solo desde la perspectiva de estructura territorial sino también de modelo de funcionamiento. En ello nos va la estabilidad política a nivel interno y la confianza de los mercados internacionales.
También tenemos pendientes una serie de reformas estructurales como la de la Administración, la Ley electoral, las medidas vinculadas a erradicar la corrupción de nuestros entornos políticos y empresariales y, sobre todo, una muy importante: la educativa, para de una vez por todas tener un consenso de país sobre cuál es el modelo y no estar sujeto a los avatares y criterios de cada gobernante que llega. Todo ello son las sombras con las que hay que trabajar.
Pero ninguna de ellas debe ser impedimento para seguir apostando por crecer y desarrollar la economía. Las empresas deben ser capaces de trabajar con una clara estrategia que no siempre vendrá apoyada por las decisiones políticas que si bien pueden favorecer el desarrollo empresarial, nunca deberían ser excusa para hacer lo que hay que hacer.
Vivimos en un mundo donde por vez primera en la historia coinciden “tres revoluciones”. La hiperconectividad, la aceleración tecnológica y el incremento de la demografía, y eso ofrece un mundo de oportunidades a aquellos que apuesten por el talento y estén convencidos de que nunca en la historia la localización geográfica (y, por tanto, el impacto de las políticas locales) ha tenido menos importancia. Si no, veamos las consecuencias que vivimos por la caída de consumo en China o su cambio de modelo económico, las consecuencias de la caída de los precios del petróleo o de las materias primas, etc.
En KONSAC estamos convencidos de que esta es la era del talento y de la pasión por hacer las cosas cada vez mejores y en esa nueva era las empresas de nuestro sector tenemos que jugar un papel importante al lado de nuestros clientes para hacer realidad todos los buenos augurios que ofrece, a pesar de sus sombras, este año 2016.