Konsac Group opina: No valen las excusas
Una de las consecuencias que derivan de la pandemia es que están aún por llegar buena parte de las malas noticias. La situación sanitaria y las medidas tomadas por los gobiernos, tanto el central como los autonómicos, y sin entrar a opinar sobre su acierto o desacierto (la situación era tan imprevisible que lo fácil es criticar lo que se ha hecho), han provocado y agudizarán todavía más, una crisis económica que va a obligar al cierre de muchas empresas y a la pérdida de muchos puestos de trabajo si todos no “arrimamos el hombro” de manera seria y responsable.
En este estadio post pandemia, el problema de nuestro país no va a ser solo intentar competir con las economías emergentes cuyos costes siguen estando muy por debajo de los de la Vieja Europa, ni hacer frente al creciente envejecimiento en nuestro país o intentar cambiar el incremental traslado de actividades productivas y empresariales a otros países, sino de darle la vuelta a algunas de las causas de esta crisis que no solo se deberán a la crisis sanitaria, sino a problemas estructurales de nuestra economía.
Seguro que es momento de exigir a nuestros políticos que empiecen a proponer y tomar medidas que nos permitan dar cumplida respuesta a esta situación, pero también de pedir a empresas y empresarios que trabajen de forma conjunta en dar impulso a la economía pensando no solo en los beneficios a corto plazo (ya sean electorales para unos y económicos para los otros) y aprovechar para tomar medidas mucho más estructurales que de verdad nos ayuden a superar la situación. Me atrevo a sugerir algunas de dichas medidas:
A nuestros gobiernos (el central y los autonómicos), quiero sugerirles que deben dejar de lado sus disputas ideológicas y la constante defensa de sus intereses particulares (que casi siempre están alejados de las necesidades de los ciudadanos del país) y ponerse de acuerdo para:
- Apoyar e impulsar las inversiones en I+D y en formación y la creación de una fuerte estructura tecnológica de forma seria y responsable en nuestro país. Estos deben ser motores fundamentales para atraer capitales e inversiones y con ellas facilitar la creación de empleo estable.
- Asegurar una aplicación adecuada de los fondos de recuperación europeos destinando parte de ellos, no solo a las grandes empresas y a los grandes proyectos (sin duda muy importantes) sino también a esa economía tan importante en nuestro país que configuran las medianas empresas, la mayor parte de ellas familiares y que son columna vertebral en nuestra economía, ya que generaban 7 de cada 10 empleos en nuestro país antes de la crisis del COVID 19. Cuidar ese tejido empresarial no solo es necesarios sino inteligente.
- Legislar con sentido común y tomar medidas que ayuden a la recuperación. En este sentido fomentar, incentivar y ayudar financieramente a la formación dual, a recuperar los antiguos contratos de aprendizaje, reducir los costes de seguridad social en el empleo juvenil durante las primeras etapas profesionales (uno de los colectivos más perjudicados por la situación) y proponer medidas de ayuda a la contratación del talento de más de 55 años (otro colectivo altamente perjudicado).
- Creerse realmente la necesaria evolución de nuestra economía para no estar tan centrados en servicios y turismo de low cost (ya hemos visto la inestabilidad que ello provoca) e impulsar la creación de valor industrial que nos permita competir con las grandes economías del mundo. Talento para ello no nos falta y si no creamos condiciones para retenerlo, lo vamos a perder.
A nosotros, empresas y empresarios, también me gustaría sugerirles algunas ideas que pueden ayudar en esta nueva etapa que se nos avecina:
- Pensar en grande. Es evidente que en el mundo económico se ha evolucionado y nuestras empresas, muchas de ellas PYMES, ya están ocupando posiciones en mercados internacionales, aunque siguen siendo pequeñas para afrontar ciertos retos. La integración societaria es a veces muy difícil por el sentido de propiedad que tienen los empresarios (absolutamente lícito) pero hay otras vías de cooperación que se deben analizar e impulsar para ser cada vez más competitivos.
- Mostrar voluntad de apostar por el talento y la excelencia, conocer al máximo el potencial de los equipos internos, mejorarlos con la contratación de profesionales sólidos de los que aprender y con los que progresar, abrir cauces a la capacidad emprendedora de nuestros profesionales y generar valor para aquellos que forman parte de nuestros equipos.
- También en nuestras empresas debemos acelerar los reclutamientos internacionales. En muchas ocasiones el mejor profesional no está en nuestro país (aunque haya nacido en nuestro país), sobre todo en actividades de Investigación y Desarrollo, Europa ofrece grandes posibilidades. Y de hecho resulta fácil atraer a buenos profesionales que sin grandes resistencias aceptan venir a un país que como el nuestro ofrece grandes posibilidades desde el punto de vista profesional y personal (la tan conocida calidad de vida mediterránea).
- Incrementar el sentido empresarial de las terceras y cuartas generaciones en las empresas familiares pasando del modelo de empresa familiar al de familia empresaria. Hay que evitar la venta de nuestras empresas a compañías multinacionales por el mero hecho de disputas en las terceras y cuartas generaciones que acaban con que estos prefieran realizar sus activos a continuar con su actividad como empresarios. La profesionalización de la gestión y un buen gobierno corporativo son temas que hay que abordar con diligencia y rigor para evitar esta pérdida de autonomía empresarial.
Es momento de “arrimar el hombro”, compartir responsabilidad en la recuperación, dejar de lado lo que nos diferencia para centrarnos en lo que nos une y emprender el camino que nos permita salir del “valle de las excusas”.
Juanjo Planes
Socio Fundador y Director General de KONSAC Group