Konsac Group Opina: Cómo sobrevivir a la vuelta al trabajo (…y no morir en el intento)
Durante nuestro día a día, transitamos por diversos espacios a distintos cambios de velocidad que hacen que nuestra vida tome una u otra estructura. En nuestro hogar, nos permitimos ir a nuestro ritmo. De ahí cambiamos a otros: transporte, supermercado, calle, colegio, trabajo… Además, nos movemos por zonas ruidosas, tranquilas, abarrotadas o solitarias. En ocasiones, nos sentimos como autómatas o esclavos del tiempo y espacio. Vivimos tratándonos de adaptar a ellos y en ocasiones llegamos a sentirnos angustiados o estresados.
Luego, llegan las vacaciones, las ansiadas vacaciones. Son tan ansiadas que pasamos de un ritmo y una velocidad rápida a otra mucho más lenta. Nos cuesta ralentizar nuestras vidas. Nos perdemos en planificar ese viaje tan deseado y programarlo al milímetro para que nos de tiempo a ver todo lo que queremos. Y nos olvidamos de lo más importante: disfrutar del momento. También puede pasar que este cambio de ritmo nos pille desprevenidos y, en lugar de disfrutar del descanso, nos aburramos por falta de vivencias y nos sobrevenga el “estrés del tiempo libre”. El “no hacer” nos desespera y nos parece que estamos “perdiendo” el tiempo. Pasar de un tiempo ocupado y activo a otro más libre implica a veces saber aburrirse para ir desacelerando el ritmo.
Y luego llega la vuelta al trabajo. Re-introducirnos de lleno en nuestra rutina y volver a los cambios de ritmo y de espacio después de un período de parón puede resultar para algunas personas en lo que se conoce como “síndrome post-vacacional”, que no suele ser más que un período de adaptación pasajero.
Os dejamos con algunos consejos para sobrevivir a la vuelta al trabajo:
1. Volver un par de días antes para evitar atascos, adelantarnos a tareas cotidianas que nos pueden agotar nada más aterrizar (hacer la compra, dejar algo que dejamos pendiente, preparar la casa o el material escolar de los niños…) y para hacer el retorno más gradual. Intentar volver a mitad de semana, si es posible, para que no se nos haga tan larga la semana.
2. Mantenernos positivos: ¡si sufres síndrome post-vacacional es porque tienes un trabajo! Céntrate en las cosas buenas de tener trabajo y ten paciencia.
3. Relativiza: tu trabajo sigue siendo el mismo, quizás la carga sea mayor estos primeros días pero los pensamientos negativos como “ya no me gusta mi trabajo” o “no seré feliz” vienen desencadenados por la tristeza y el estrés. Déjalos en “stand by” durante unas semanas a ver si entonces sigues pensando igual.
4. Prioriza y divide: haz las cosas paso a paso y divide las tareas. Puede ayudar marcarte tiempos para cada sub-tarea y ordenarlas por importancia/urgencia. Irás viendo los avances. Y si necesitas ayuda, ¡pídela!
5. Habla con tus compañeros, comparte con ellos tus vacaciones.
6. Realiza pequeños descansos durante tu jornada laboral en los que aplicar técnicas como la respiración, relajación o cerrar los ojos unos minutos. Puedes aprovechar para levantarte, moverte y estirarte y luego volver a lo que estabas haciendo.
7. Adorna tu lugar de trabajo con algún objeto que te guste e inspire y le de un “aire nuevo” a tu puesto.
8. Aprovecha el tiempo libre y los fines de semana para desconectar: realiza actividades agradables, mantén alguna actividad que hayas realizado durante las vacaciones (como hacer deporte o leer). Estas actividades te ayudarán a aumentar tu bienestar, reducir tu estrés y mejorarán tu calidad de vida.
Como dijimos al principio, estamos siempre transitando entre cambios de lugares y velocidades. Somos maestros de la adaptación. Saca tu arsenal de habilidades para hacer frente a la vuelta de vacaciones y disfruta de esta nueva etapa: seguro que eres capaz de encontrar nuevos retos y cosas que te ilusionen.