Parece que, cuando las circunstancias están en contra, ponerse a emprender es de locos. Y, sin embargo, ¿no nos repiten que una crisis también da lugar a múltiples oportunidades? ¿No tenemos claro que, para salir de ésta, todos tenemos que poner toda la carne en el asador? ¿Y si emprendemos? ¿Y si generamos riqueza, negocio, movimiento, en esta época en la que tanto nos hace falta?
Ser emprendedor es una decisión muy importante, que implica riesgo y dificultades, pero también la posibilidad de dar rienda suelta a la creatividad, de iniciar algo nuevo y ver cómo crece, de generar nuevas oportunidades donde no había nada.
Hoy en día, muchas personas que habían jugado con la idea pero que no se habían atrevido a dar el paso, han visto una oportunidad en la pérdida de su empleo y se han lanzado a por su idea. Otros, jóvenes cansados de ver que no hallaban ninguna puerta abierta al mercado laboral, han decidido crearla ellos mismos. Sea cual sea el caso, todos ellos son los valientes de los que el mercado económico necesita ahora mismo.
Al inicio del verano, La Vanguardia publicaba un interesante artículo sobre los emprendedores de hoy en día y la importancia de las actitudes en el hecho de triunfar al emprender. Ya en pleno julio, Emprendedores.es nos traía cinco casos de start ups españolas de éxito. Recientemente, Equipos y Talento, nos obsequia con una noticia sobre el perfil del emprendedor según la Escuela ESCP Europe, que lo califica de happy, positive y smart y nos trae un “decálogo de personalidad del emprendedor español”.
Septiembre, como ya hemos dicho muchas veces, es un mes de renovar propósitos, coincidiendo con el calendario escolar que todavía nos marca muchas cosas. Es tiempo de reflexión y de enfocar las cosas desde otro punto de vista. Entre las opciones de futuro que se nos ocurran, entre aquellas ideas que barajemos para encontrar trabajo o progresar en nuestra carrera profesional, tal vez aparezca la pregunta: ¿y si emprendo? Escuchémosla.